Autocuidado personal: 6 consejos para mejorar tu bienestar

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Ein Mann sitzt auf dem Sofa und meditiert

©Westend61

Por Kristina Lauer

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El autocuidado no es una acción egoísta. Al contrario, es completamente esencial. Cuando te cuidas, influyes de manera positiva en tu propio bienestar y en tus relaciones con los demás. Te contamos cómo puedes integrar más rituales de autocuidado en tu vida diaria y dedicarte más tiempo a ti mismo.

¿Qué es el autocuidado personal?

¿Cuándo fue la última vez que, de forma consciente, dedicaste algo de tiempo a hacer algo que fuera bueno solo para ti? ¿Ni te acuerdas? ¡Eso significa que ya es hora de que lo hagas!

A todos nos gusta cuidar de nuestra familia, de nuestros amigos o de nuestra pareja. Y eso es algo bueno. El ser humano es una criatura social y nos hace felices ayudar a los demás. Pero eso no significa que tengamos que ignorar a la persona más importante de nuestra vida: ¡nosotros mismos! Nuestra energía, atención y tiempo no son recursos inagotables. Por lo tanto, es importante que nos escuchemos a nosotros mismos, que reconozcamos nuestras propias necesidades y que nos protejamos del estrés excesivo.

La palabra autocuidado ya define por sí sola el concepto que hay detrás: haces cosas que te hacen sentirte bien y, así, cuidarte de forma física y mental. De esta manera, tu propia salud y bienestar pasa a primer plano.

Sin embargo, el autocuidado no consiste en pensar solo en uno mismo ni en explotar a los demás para conseguir tus objetivos. Sigues cuidando de las personas que son importantes para ti, pero también te cuidas a ti mismo. Se trata de conocer y respetar los propios límites y de comunicarse claramente con los demás. Esta habilidad requiere una sensibilidad especial hacia los propios sentimientos y una buena dosis de amor propio y autoestima.

¿Por qué es importante el autocuidado personal?

Una agenda apretada, compromisos con los que nos rodean y plazos que se acercan cada vez más. Todo ello puede, en determinadas circunstancias, desencadenar en una una sensación de estrés, inquietud o sentirnos sobrepasados. Y estas son razones clave para trabajar más que nunca en nuestro autocuidado, ya que descuidar permanentemente nuestro bienestar e ignorar nuestras necesidades puede tener consecuencias negativas como:

Nos sentimos constantemente cansados y desganados.
Estamos irritables e inestables.
Agotamos todas nuestras energías y no nos tomamos ningún descanso.
Estamos insatisfechos y descontentos.

Sugerencia de lectura: Para recuperar toda la energía que necesitas para afrontar tu día a día, lee nuestro artículo Superar la apatía: 13 consejos para renovar la energía.

El autocuidado significa, sobre todo, desarrollar una relación positiva con uno mismo. Te enfrentas a tus sentimientos y pensamientos, te conoces mejor, identificas las cosas que no son buenas para ti y aprendes a dejarlas de lado. Como resultado, estás en paz contigo mismo y sientes un equilibrio en tu vida.

Integrar momentos de autocuidado en nuestra vida cotidiana no es tan fácil como parece a primera vista. A algunas personas les resulta difícil mirar conscientemente por su propio bienestar y dedicarse tiempo a sí mismas en lugar de perseguir sus obligaciones a todas horas. Si esto te ocurre, puede deberse a diversas razones:

#1 No quieres que los demás piensen que eres egoísta

¿Te gusta estar ahí para los demás, pero no sacas tiempo para ti? Recuerda que el autocuidado no quiere decir que seas egoísta. Si quieres estar ahí para los demás, lo primero que tienes que hacer es cuidarte a ti mismo. Si estás bien, puedes ayudar mejor a los demás. Puedes enfrentarte a las situaciones difíciles de una manera completamente diferente y estás mucho más relajado.

#2 Crees que no te lo mereces

Todo el mundo se merece un poco de autocuidado. Tú también. Date cuenta de lo que vales y dedícate el tiempo que necesites. Así evitarás meterte en una situación que no quieres y podrás mejorar tu autoestima y aumentar la confianza en ti mismo.

#3 Te importa más tu rendimiento que tu bienestar

Estar siempre al máximo nivel en todos los sentidos puede ser muy estresante a largo plazo. Por lo tanto, es muy importante que tengas un equilibrio en la vida para tu salud y bienestar. No olvides que tomarse un descanso y disfrutar de un poco de tiempo libre no es lo mismo que ser un vago. Relajarse de vez en cuando es igual de importante que rendir en el día a día. Las dos cosas tienen cabida en el equilibrio de tu vida y tu rutina.

¿Cómo puedes hacer algo bueno para ti?

El autocuidado personal es algo que debe formar parte de la vida de cualquier persona de manera consciente y constante. Esto implica algo más que disfrutar de un baño de burbujas a la luz de las velas de vez en cuando o leer un libro. Por supuesto, estas dos ideas para relajarte también pueden ser buenas para ti, no hay duda de ello. Pero el autocuidado va mucho más allá de esto. Los siguientes consejos y ejercicios pueden ayudarte a integrar el autocuidado en tu vida diaria, paso a paso:

#1 Aprende a valorarte a ti mismo

¿Crees que necesitas la aprobación de otras personas? Esta idea es totalmente errónea. Lo que tienes que hacer es tratarte bien y darte cuenta de que tu valor no depende de la opinión que las demás personas tienen sobre ti. Tienes mucho valor y te mereces que te cuiden. Como ejercicio, puedes prestar más atención a las palabras que eliges cuando hablas de ti mismo. Intenta hablar de ti siempre de manera positiva y alábate a ti mismo.

#2 Identifica tus propias necesidades

¿Cuándo fue la última vez que te preguntaste qué es lo que necesitas? Escúchate. ¿Te gustaría tener más tiempo para ti y para tus aficiones? ¿O quizás hace tiempo que quieres aprender a tocar un instrumento nuevo? ¿Una buena cena con tu pareja? ¿Hacer una videollamada con tus amigos? ¿O simplemente disfrutar de un poco de paz y tranquilidad?

Puedes tener millones de necesidades y deseos. El autocuidado consiste en identificarlos y respetarlos. Como ejercicio, puede serte de utilidad llevar un diario en el que escribas tus necesidades. De esta forma, darás rienda suelta a tus pensamientos y emociones y reflexionarás sobre lo que podría faltarte.

#3 Establece límites claros

La capacidad de establecer límites y aprender a decir no es parte del autocuidado personal. Si conoces tus límites y te aseguras de respetarlos y de que los respeten, serás más feliz y te asegurarás de que no se aprovechen de ti. Pregúntate siempre si algo te conviene realmente en el momento en el que se presenta. ¿Tienes energía y tiempo para llevar a cabo las tareas que te están ofreciendo?

Hay muchas personas a las que no les gusta el rechazo, pero lo más normal es que la mayoría sean comprensivas. Si consigues que tus relaciones se basen en el respeto, las personas de tu entorno entenderán que tú también necesitas tiempo para ti.

#4 Escucha a tu cuerpo

El autocuidado comienza cuando satisfaces tus necesidades físicas básicas. ¿Bebes suficiente agua? ¿Duermes bien y las horas recomendadas? ¿Comes de manera saludable y tu alimentación le sienta bien a tu cuerpo? ¿Haces ejercicio con frecuencia? Comer algo que te guste, hacer ejercicio o salir a dar un paseo pueden ser mano de santo y te ayudan a liberar hormonas de la felicidad.

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Eine Frau kocht in ihrer Küche — ©mixetto

#5 Deja de darle vueltas a la cabeza

Las conductas autodestructivas no son buenas para nadie. Destrozarte o machacarte dándole vueltas a la cabeza no te ayuda a construir una imagen positiva de ti y afecta de manera muy negativa a tu salud mental. Ten mucho cuidado con los pensamientos negativos que se forman en tu cabeza: cuando sientas que el huracán de emociones negativas te está invadiendo, intenta pararlo. Lo mejor es que te preguntes por qué piensas así, te alejes, lo veas desde otra perspectiva y consigas formarte una visión más realista y menos negativa.

Procura dirigir tu atención hacia los aspectos más positivos de tu realidad. Sé consciente de lo que te rodea y busca cosas por las que estés agradecido, cualquier cosa: una comida que te guste, un buen amigo, un libro que te tenga enganchado, una sesión de yoga o una buena película. Todo lo que te haga sentir bien, aunque sea pequeño, cuenta.

Sugerencia de lectura: ¿Qué te parece hacer un poco de meditación para relajar la mente? Te contamos las mejores maneras de aprender a meditar paso a paso en nuestro artículo Aprender a meditar. Por una mejor relajación y concentración en tu día a día.

#6 Establece rituales de autocuidado e incorpóralos a tu rutina

El autocuidado personal puede significar algo diferente para cada persona. Sin embargo, hay un factor que es común para muchos: cualquier ritual que ayude a romper la monotonía o el estrés de nuestras rutinas.

Los rituales pueden ayudarte a encontrar la paz interior, a acercarte a un determinado objetivo, a adoptar nuevos hábitos y a estructurar mejor tu día. Tener un horario fijo si ahora mismo estás realizando tu trabajo desde casa, planificar tus comidas, descansar con frecuencia o incluso tener un plan de entrenamiento para hacer ejercicio en casa pueden servirte de ayuda para estructurar tu día a día y darte una sensación de que tus acciones te han llevado a ser productivo.

Para que un ritual tenga sentido para ti, debe interesarte y enriquecer tu vida cotidiana. No hay que verlo como una pérdida de tiempo o un lastre, sino que hay que disfrutarlo. De esta forma, te será más fácil hacerlo con frecuencia y se convertirá de verdad en un ritual.

Conclusiones

El autocuidado personal consiste en hacer cosas que tengan un impacto positivo en tu bienestar tanto a nivel físico como mental.
El autocuidado no es ningún acto egoísta, sino que te ayuda a mejorar tu calidad de vida y tus relaciones con tu pareja, familia o amigos.
Entre las acciones que te ayudan a integrar los autocuidados en tu estilo de vida se encuentran conocer el valor personal que tienes, establecer límites claros, satisfacer tus necesidades básicas, perseguir tu pasión y centrarte en lo positivo.
Para integrar el autocuidado en tu vida diaria, lo primero que tienes que hacer es averiguar qué es lo que realmente necesitas y convertir esas cosas en hábitos y rutinas.

Fuentes del artículo

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