Cómo combinar el hábito de hacer deporte con el respeto por el medioambiente

Lograr tus objetivos de entrenamiento y salvar el planeta no debería ser un compromiso.
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Deux jeunes femmes pratiquant une session de yoga ©Cliff Booth

Hoy en día es imposible poner las noticias y no ver un reportaje sobre el calentamiento global. Desde hace varios años, los incendios forestales, las inundaciones, las tormentas y otros fenómenos catastróficos para el medioambiente se multiplican e intensifican en nuestras latitudes. Para aquellos a los que les preocupa el planeta (dos de cada tres personas, según una encuesta realizada en Francia), proteger el medioambiente se ha convertido en un objetivo diario.

Los gimnasios no han querido quedarse atrás y también han aportado su granito de arena. En abril de 2021, por ejemplo, la cadena de gimnasios LifeTime actualizó su plan quinquenal de desarrollo sostenible. La empresa, que cuenta con más de 150 establecimientos en Estados Unidos y Canadá, se ha fijado como objetivo reducir su consumo de electricidad y agua, así como su huella de plástico a nivel nacional.

¿A ti también te gustaría contribuir a proteger nuestro precioso planeta azul cuando haces deporte? En ese caso, ¡tenemos buenas noticias! A continuación encontrarás cuatro consejos que te ayudarán a alcanzar tu objetivo.

Utiliza ropa y accesorios deportivos sostenibles

Los últimos años nos han enseñado que la fast fashion (es decir, ropa de moda que, por lo general, no está diseñada para durar) es un obstáculo para el desarrollo sostenible. Por lo tanto, lo que necesitamos es ropa que se fabrique de forma más respetuosa con el medioambiente y que dure años. Esto también se aplica, por supuesto, a la ropa deportiva. Por eso la marca Gymbassador se apoya en cuatro pilares principales: una tecnología innovadora, métodos de producción equitativos, y materiales de embalaje y de fabricación sostenibles. En cuanto a estos últimos, sus nuevos leggings y sujetadores deportivos, por ejemplo, están fabricados con tejidos reciclados, como afirma el fundador y director general de Gymbassador, Rico Hausmann. Mientras que a escala mundial menos del 1 % de la ropa usada se recicla para convertirla en ropa nueva, la colección Vision de Gymbassador está fabricada con un 53 % de tejidos reciclados. Además, esta empresa de ropa deportiva emplea únicamente métodos sostenibles para la fabricación de sus artículos y cumple al máximo nivel con las leyes europeas de empleo y respeto al medioambiente. En la práctica, esto se traduce en una remuneración equitativa para todos los empleados. Todos los empleados de sus socios de producción ganan al menos un 10 % más que el salario mínimo legal. Asimismo, Gymbassador emplea exclusivamente algodón orgánico (que cuenta con el sello GOTS) procedente de Turquía, donde una empresa familiar lo cosecha y procesa a mano. Esto presenta una serie de ventajas, como por ejemplo poder reducir las emisiones de CO2 en un 46 % y consumir un 91 % menos de agua, es decir, que para fabricar una camiseta son necesarios 243 litros en lugar de 2700.

A la hora de equiparse para entrenar en casa, la sostenibilidad adquiere un carácter completamente nuevo. Puedes, por ejemplo, optar por comprar artículos de segunda mano en lugar de artículos nuevos. Al fin y al cabo, las mancuernas son mancuernas. Lo mismo ocurre con las barras para hacer dominadas y las máquinas de cardio. Por otro lado, no te vamos a culpar (prometido) si quieres comprarte una esterilla de yoga nueva.

Adopta hábitos respetuosos con el medioambiente

En todos los gimnasios encontramos a esa persona que utiliza cuatro toallas y se da duchas de agua caliente de 20 minutos. Por favor, no seas esa persona. Cuando hay recursos compartidos y algunas personas deciden apropiarse de una parte (mucho) mayor de la que les corresponde, nos referimos a la «tragedia de los bienes comunes». Te aseguramos que existen muchas formas distintas de impulsar cambios positivos en el gimnasio, e incluso de inspirar a otras personas en el proceso:

  • Lleva solamente la cantidad de toallas, cuchillas de afeitar y botes de champú que realmente necesites. Procura darte duchas cortas: con una ducha de tres minutos se consumen 45 litros de agua, mientras que una de diez minutos se gastan 150 litros. Si optas por duchas más cortas, al cabo de una semana habrás ahorrado 735 litros de agua.
  • Presta atención a la cantidad de toallitas que utilizas para limpiar el material deportivo. No es necesario usar una nueva cada vez que cambias de máquina.
  • En lugar de utilizar siempre vasos desechables o incluso botellas de plástico para beber agua, invierte en una botella reutilizable. Existen un sinfín de opciones disponibles fabricadas con tantos materiales ecológicos distintos —como vidrio o acero inoxidable— que tendrás de sobra dónde elegir.

Elije bien tu gimnasio

Los gimnasios ecológicos no solo son beneficiosos para el planeta, sino también para tu salud. Stefanie Young, vicepresidenta del U.S. Green Building Council, explica que, por lo general, la calidad del aire de los gimnasios ecológicos es mejor y que, además, utilizan menos productos químicos para la limpieza. «Todo esto influye en cómo se sienten los usuarios al utilizar el espacio. Se trata de un aspecto fundamental, no solo desde el punto de vista medioambiental, sino también en lo referente a la pandemia de la COVID, lo cual es aún más importante», afirma.

La cuestión es la siguiente: ¿cómo podemos encontrar un gimnasio que cumpla con todos nuestros requisitos o cómo podemos fomentar la sostenibilidad en nuestro gimnasio actual? Normalmente, las políticas de protección medioambiental de un gimnasio que sea realmente sostenible deberían estar a disposición de los usuarios en su sitio web. De igual manera, cualquier empresa puede afirmar ser sostenible y ecológica, pero una búsqueda rápida en internet basta para comprobar si las organizaciones que incluyen con orgullo en la parte inferior del sitio web son legítimas (o no).

Además, si estás buscando un nuevo gimnasio, te recomendamos que lo visites antes de inscribirte y que obtengas respuestas a ciertas preguntas clave. Por ejemplo: ¿cómo es el gimnasio visto desde fuera? Uno de los signos de eficiencia energética más evidentes es también uno de los más sencillos de detectar: las paredes exteriores y las ventanas. La combinación de ventanas de poco grosor e inviernos fríos se traducirá en pérdidas de calor innecesarias y que pueden evitarse. Además, por este mismo motivo será difícil mantener una temperatura agradable en el interior durante el verano.

Por último, y dado que la calefacción y el uso de la electricidad son los principales factores que influyen en la huella de carbono de un gimnasio, el uso de energías renovables es una de las mayores ventajas para estos espacios. Averiguar si tu gimnasio utiliza energías renovables es relativamente sencillo: comprueba si hay (o no) letreros y carteles que lo indiquen. ¿Qué pasa si ya lo has comprobado y tu gimnasio preferido no parece ser ecológico? Consulta con el propietario si hay recursos disponibles (por parte de los servicios públicos) en torno al edificio que permitan acceder a una red verde.

El desplazamiento hasta el gimnasio: cada detalle cuenta

Como suele ocurrir con todo lo relativo al medioambiente, cada pequeño detalle cuenta. Es posible que no siempre puedas ir al gimnasio en bici, corriendo o en transporte público, pero vale la pena intentar introducir esta práctica en tu vida al menos una vez a la semana. Recuerda que tú también formas parte de la ecuación, así que te invitamos a reflexionar sobre lo que has leído y a determinar qué acciones llevarás a cabo para lograr un cambio.

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