¿Cómo de sano es el maíz?
Por supuesto, es un alimento básico en muchas partes del mundo, constituye la base de muchas comidas y forma parte integral de la cocina. Pero en algunos países europeos no se suelen utilizar mucho los granos amarillos: como mucho en ensaladas o como guarnición en la barbacoa en verano. Sin embargo, el maíz es muy versátil, te proporciona importantes nutrientes y vitaminas y endulza tus comidas en el sentido más estricto de la palabra.
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Ventajas para tu salud
El maíz fresco tiene unas 90 kcal por 100 g, de las cuales unos 15-20 g son hidratos de carbono, 3 g de proteínas y 1 g de grasa. No solo te da energía, sino que también te aporta muchos nutrientes y vitaminas importantes, como la vitamina C. Además, contiene un elevado número de vitaminas del grupo B, como tiamina (B1), niacina (B3), ácido pantoténico (B5), biotina (B7) y ácido fólico (B9). Entre otras cosas, garantizan un cabello y una piel sanos y ayudan a regular tu equilibrio hormonal. El maíz también aporta minerales como el hierro, el calcio, el potasio, el magnesio y el zinc, así como carotenoides que mejoran la visión.
Todoterreno en la cocina
Con su sabor ligeramente dulce, el maíz es versátil y ofrece mucho más que añadir color a tu ensalada. Las mazorcas de maíz asadas, por ejemplo, se convierten en una guarnición rica en proteínas con un aderezo de yogur y proteína whey. También puedes preparar hamburguesas de maíz y freírlas en una sartén, servirlas cocidas o hervirlas. Al hervir, te recomendamos que no añadas sal al agua, ya que esto endurecerá los granos de maíz. Las palomitas, un clásico en las noches de cine, también se hacen con maíz. Sin embargo, no se emplea el maíz dulce apto para la cocción, sino el llamado maíz inflado que “revienta” al calentarlo. Aunque las palomitas tienen muchas más calorías por cada 100 g que el maíz dulce, puedes prescindir de la versión preparada para el microondas y prepararlas tú mismo en una olla. Así, puedes ajustar la cantidad de aceite de oliva o mantequilla, sal o edulcorantes como el sirope de agave. Puedes ser muy creativo y añadir cacahuetes, por ejemplo, y redondear el conjunto con un poco de cacao puro en polvo.
Sin gluten
El maíz es un cereal sin gluten, a diferencia del centeno, el trigo y similares. Por tanto, cualquier persona que sufra una intolerancia al gluten o una enfermedad celíaca puede utilizar la harina de maíz como sustituto. Los productos preparados a base de maíz también pueden ser una opción, pero hay que asegurarse de que no contengan otros ingredientes con gluten. Si quieres ir sobre seguro, es mejor que prepares tu propio pan, magdalenas, tortitas y otros pasteles sin gluten con harina de maíz, patata, trigo sarraceno o arroz. Mezclar diferentes tipos de harina puede mejorar el sabor, la textura y el valor nutricional de tu repostería.
Bueno para tu salud intestinal
Todo el mundo ha oído que el maíz es bueno para la digestión. ¿Pero por qué?
La cáscara del grano de maíz está hecha de celulosa y no puede ser disuelta por los jugos digestivos del estómago. Por eso el maíz es una fibra dietética insoluble, que estimula la digestión y favorece la salud de la flora intestinal. Además, hace que el azúcar en sangre suba lentamente, prolongando así tu sensación de saciedad y puede ayudarte a evitar los antojos. La Sociedad Alemana de Nutrición (DGE) recomienda unos 30 g de fibra al día; 100 g de maíz te proporcionan unos 3 g.
Base de productos no alimentarios
El maíz tiene otro superpoder: podría ayudarnos a reducir el plástico de un solo uso. En los picnics en el parque o en grandes eventos, a veces nos resulta difícil evitar los cubiertos desechables o los platos y vasos de papel. Pero el maíz también puede utilizarse aquí y sustituir mucho plástico. Es una materia prima renovable y, por tanto, es adecuada en forma de almidón de maíz como base para la producción de muchos productos no alimentarios, como materiales de embalaje, bolsas de basura y también vajilla desechable compostable. Incluso la ropa ya se fabrica con el bioplástico a base de maíz. Si quieres sacarle aún más partido a las mazorcas de maíz, puedes inspirarte en la cocina tradicional mexicana y hacer tamales. Se trata de un relleno picante de carne, judías y queso cocido al vapor en hojas de maíz.
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