3 cosas que he aprendido con Veganuary
El pasado 1 de enero estaba en casa, sentada a la mesa de la cocina, viendo cómo mi marido se zampaba alegremente la ensaladilla rusa de la noche anterior, mientras yo comía mi bol vegano de avena. Como mis raíces son rusas, todos los años en Nochevieja preparo la tradicional ensalada “olivje”, muy parecida a la celebérrima ensaladilla rusa. Es una ensaladilla de patatas con mayonesa, huevos, pepinillos, salchicha tipo frankfurt, cebolla y zanahoria cocida. Una Nochevieja sin olivje es impensable para mí. Suele sobrar algo de ensaladilla y casi podría decirse que forma parte de la tradición desayunar lo que sobra a la mañana siguiente. Pero este año era diferente. Este año tomé la firme decisión de participar en el reto Veganuary y tomar solo productos vegetales durante un mes. Nada podía disuadirme de mi objetivo. Ni siquiera mi ensaladilla favorita.
Leer más: 15 consejos para seguir siendo vegano después de Veganuary.
Tras un mes a base de tofu, verduras y seitán, estoy un poco hecha un lío. Por un lado, estoy orgullosa de haber seguido mi plan de forma constante y me pregunto si debería continuar así. Por otro lado, también me alegro de poder volver a comer algunos platos no veganos, como los blinis de mi madre o mi pizza favorita de la pizzería que tengo cerca de casa. Pero, ¿sirve de algo un único mes si inmediatamente después vuelves a comer productos de origen animal?
La respuesta es ¡sí! Según una encuesta sobre derechos de los animales de la Universidad de Harvard, tan solo un mes de veganismo al año ya tiene un efecto positivo en el medio ambiente. Al participar muchas personas (más de 629 000 en 2022), tiene un gran impacto colectivo. De 2014 a 2020, se calcula que se han ahorrado de este modo más de 100 000 toneladas equivalentes de CO2 y más de 6 millones de litros de agua, además de haberse salvado 3,4 millones de vidas animales. Además, una encuesta realizada entre los participantes en el Veganuary demostró que incluso seis meses después del reto, el 80 % de los encuestados había reducido su consumo de productos animales al menos a la mitad.
Independientemente de que siga siendo vegana de aquí en adelante o no, esta experiencia ha provocado un cambio en mi forma de pensar y me ha enseñado algunas cosas.
#1 Comemos más productos animales de lo que creemos
La primera prueba de fuego me esperaba durante la primera semana del Veganuary. Me invitaron al cumpleaños de mi suegra. Preparó comida para todos, pero no le habíamos informado de mi cambio de dieta. Lo único que pude comer aquella noche fueron patatas. Por lo demás, había carne o ensalada con queso feta y otros platos que, como vegana, no podía comer. Ni siquiera me permití probar la tarta de cumpleaños (y eso que era muy tentadora). Por suerte, me había traído chocolate vegano conmigo.
Estas experiencias me hicieron darme cuenta de cuántos productos animales consumimos realmente en nuestra vida cotidiana sin darnos cuenta. Tan solo la tarta de cumpleaños ya lleva leche, mantequilla y huevos. En el caso del chocolate con leche, el nombre ya nos revela que está descartado. Por esta razón, he decidido fijarme más en la lista de ingredientes cuando vaya a comprar de aquí en adelante. ¡Porque se puede conseguir también sin productos de origen animal!
#2 No eché de menos ni la carne ni el pescado
… pero sí los huevos y el queso fresco bajo en grasas. Y eso, personalmente, me sorprendió. Solía comer gambas y pescado con regularidad y pensaba que no podría prescindir de ellos. Pero en retrospectiva, creo que todo es una cuestión de acostumbrarse. No he sentido ningún antojo de pescado e incluso ha empezado a gustarme el tofu, a pesar de haber tenido algunos problemas iniciales con él. Hay que reconocer que eché un poco de menos los huevos revueltos por la mañana. He encontrado nuevas alternativas que me gustan, como estas tortitas veganas. Pero hasta ahora, no se me ha ocurrido una alternativa salada y vegana. Después de todo, quizá le dé una oportunidad a los huevos revueltos veganos hechos con tofu. Pero en general, no sentí que faltara nada fundamental en mi dieta.
Por cierto, no hubo ningún problema en salir a comer fuera. Aunque también es verdad que vivo en Berlín y aquí puedes encontrar todo lo que a tu corazón vegano se le antoje. Probé algunos sitios y, sin duda, puedo recomendarte Maria Vegan Comfort Food si quieres una buena hamburguesa vegana o Vildan Gözleme vegano si te gusta la comida turca.
#3 El objetivo no es la perfección
Hubo días en los que tuve que contenerme un poco más. Por ejemplo, cuando un simpático compañero de trabajo trajo una tarta casera (no vegana) para todos que tenía un aspecto realmente delicioso, o cuando fui a visitar a mis padres y había chocolate que solo podía admirar de lejos, o cuando salieron las nuevas barritas proteicas de chocolate extra y todos los de la oficina pudieron probarlas menos yo. Cuando se trata de encontrar la dieta adecuada para ti, ésta debe ser factible a largo plazo. No quiero tener que quedarme al margen en esas situaciones, así que para mí, personalmente, tirar por la vía del medio sería lo correcto. Eso significa que decido comer vegano el 50 % de las veces, pero también me doy un capricho de vez en cuando con un pastel, una barrita o una comida que no sea vegana.
Mi conclusión: ¿una vez vegana, vegana para siempre?
Me alegro de haber probado la comida vegana porque me ha aportado una perspectiva diferente y me ha dado a conocer nuevas recetas que enriquecerán mi dieta en el futuro. Transcurrido un mes todavía no puedo decir con seguridad si la dieta vegana es la idónea para mí. Me siento en forma y tengo suficiente energía para entrenar. Sin embargo, como ya cuidaba mi dieta antes de Veganuary y llevaba una alimentación sana y equilibrada, tampoco esperaba grandes cambios.
Puedo imaginarme perfectamente siguiendo con días veganos de forma regular. No me siento preparada para un cambio completo. Lo cual está bien, porque hacerse vegano es un proceso y no ocurre de la noche a la mañana. Definitivamente, recomendaría el reto Veganuary. Pero para eso no tienes que esperar al año que viene. Podrías quizá probar con una semana vegana. Al final, será una experiencia enriquecedora y habrás abordado tu dieta y tus hábitos de forma consciente.
Para saber más sobre este tema en foodspring:
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Fuentes del artículo
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