Train together, stay together! Encuentra a tu compañero ideal de entrenamiento

Vencer la pereza cuesta menos en compañía.

4 min

Ein Paar bereitet sich auf das Training vor

©PeopleImages

Por Julia-Sarah Hennig

¿Por qué confiar en nosotros?

Hacer deporte en compañía hace que la experiencia sea más divertida, pero encontrar a ese compañero que es perfecto para ti también sirve para hacer que tus entrenos sean aún más efectivos. En este artículo, te contamos los 7 criterios que tienes que tener en cuenta para saber si tu compañero de entrenamiento es el perfecto para ti.

Puedes hacer deporte con quien tú quieras: tu pareja, un muy buen amigo o incluso alguien que hayas conocido directamente en el gimnasio. De esta forma, os motiváis mutuamente, os apoyáis, alcanzáis y celebráis objetivos, pasáis por fases buenas y malas y siempre estáis ahí el uno para el otro. Y después de vuestras duras sesiones de entrenamiento, lo mejor es tener a mano una pequeña recompensa. ¿Conoces nuestras Bolitas Proteicas? ¡Están muy ricas y son perfectas para compartir!

Es cierto que a veces encontrar el compañero de entrenamiento perfecto no es tan fácil. ¿A tu pareja le encanta levantar pesas, pero tú prefieres salir a correr? Aunque os complementéis perfectamente en el terreno amoroso, quizá sea mejor que en el deportivo os mantengáis a una distancia. Porque, además del nivel deportivo, también es importante que tu compañero y tú tengáis la misma mentalidad.

Antes de seguir leyendo, recuerda: las cualidades que hacen que alguien sea un buen compañero de entrenamiento van en ambas direcciones. No solo tienes que encontrar a alguien con quien tengas buena sintonía, sino que, además, tú tienes que ser un compañero con el que los demás también quieran entrenar.

#1 Tenéis objetivos similares

Además de practicar el mismo deporte, si tu compi y tú tenéis el mismo objetivo (o similar) también es de gran ayuda. Por ejemplo, los velocistas no entrenan igual que los maratonistas o el entrenamiento de fuerza máxima requiere un enfoque diferente al de la resistencia muscular.

Si ambos tenéis un objetivo similar, podéis crear un pan de entrenamiento parecido o, en las etapas iniciales, incluso idéntico. De esta forma, conectar vuestras sesiones de entrenamiento y horarios tendrá sentido para los dos.

Más información: Para conseguir tu objetivo, es importante tener un plan de entrenamiento. Aquí te contamos cómo puedes crear el tuyo en solo 6 pasos.

#2 Alguien en quien puedes confiar

El compañero de entrenamiento perfecto llega puntual. No importa si la noche anterior se le fue un poco de las manos y acabó acostándose tarde, si el tiempo invita más a sentarse en el sofá que a correr bajo la lluvia o a ir al gimnasio, o si tiene la motivación por los suelos. Simplemente va a entrenar contigo porque no quiere decepcionarte.

#3 Tenéis la misma mentalidad

No importa la mentalidad que tengáis, lo importante es que la compartáis. Es perfectamente lícito querer hacer el mínimo número de ejercicios, series, repeticiones, etc. siempre y cuando los dos estéis de acuerdo en hacerlo de esta forma. Si uno de los dos es más ambicioso que el otro, solo terminará desmotivándose con esa actitud. De la misma forma, el escenario contrario también es igual de peligroso: que tu compañero de entrenamiento siga a tope mientras tú ya estás preparándote tu bebida post-entreno tampoco es lo mejor. En resumen: ¡hay que estar en sintonía!

Ein Mann und eine Frau meditieren — ©Svetikd

#4 Tenéis el mismo nivel de fitness

Lo ideal es que tu compañero de entrenamiento tenga un nivel similar al tuyo, sobre todo, si practicáis un deporte de resistencia o hacéis sesiones de entrenamiento de fuerza, ya que, de lo contrario, uno de los dos siempre estará a medio gas y el otro siempre se tendrá que esforzar más de lo adecuado.

Cuanto más tiempo entrenéis juntos, mejor os conoceréis y si, además, tenéis los dos una experiencia y conocimientos parecidos, os será más fácil ayudaros mutuamente y ver rápidamente si el otro se encuentra en una situación física o mental límite.

Por otro lado, tener unos conocimientos similares también ayuda a la hora de crear planes de entrenamiento, compartir información sobre la ejecución correcta de los ejercicios e intercambiar ideas de forma productiva cuando el entrenamiento no va como os hubiera gustado.

#5 Tu compañero de entrenamiento sabe motivarte y frenarte

Cada persona consigue motivarse de forma diferente. Mientras algunos necesitan un refuerzo positivo, otros se encuentran más cómodos frente a las adversidades. Y luego están los que sacan mucho provecho de la ayuda de su compañero y sus correcciones. Si quieres encontrar tu compañero de entrenamiento perfecto, quédate con el que te conozca lo suficiente y sepa cómo motivarte para que te superes a ti mismo todos los días.

De la misma forma, tu compañero de entrenamiento también debe saber cuándo es hora de parar. Y tú debes confiar en su criterio y frenar cuando te lo sugiera.

#6 La sinceridad es muy importante

Claro que escuchar lo que quieres oír es maravilloso. A todo el mundo nos gusta que nos digan que hemos progresado o que habernos saltado el día de descanso no ha sido tan malo.

Sin embargo, aquí no estamos para regalarnos los oídos. Un buen compañero de entrenamiento tiene que ser sincero. Si no consigues hacer bien las sentadillas después de meses de práctica, te lo tiene que decir; si has perdido definición al irte de vacaciones, también; y lo mismo si cree que te estás proponiendo objetivos demasiado ambiciosos para la forma física que tienes.

#7 Tu compañero de entrenamiento perfecto no tiene que ser perfecto

Por último, pero no menos importante: tu compañero de entrenamiento perfecto no es perfecto. Ni tú ni nadie. Todo el mundo se equivoca, da una valoración errónea, no tiene ganas de entrenar, llega de mal humor o se siente frustrado y lo paga contigo. Son cosas que pasan y que no se deben echar a la cara. Sabes que a ti también te puede pasar y le apoyas incondicionalmente. En el deporte y en la vida. Porque sois compañeros.

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