7 cosas que no sabía antes de formarme para ser profesora de yoga

… y cómo puedes aplicarlo a tus prácticas de yoga.
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Frauen beim Yoga Thomas Barwick

Lo que siempre me ha fascinado del yoga es que es una práctica suave, pero a la vez exigente. A medida que iba practicando más y más yoga, me fui dando cuenta de que la conexión entre mi cuerpo y mi mente era cada vez mayor. Ninguno de los otros deportes que había probado hasta ese momento, ponía por delante las sensaciones de nuestro cuerpo. Decidí que esta era una experiencia que quería compartir y, por eso, me apunté a una formación para convertirme en profesora de yoga. 

No voy a mentir. Cuando estaba en la universidad, ya me asaltó la idea de aprender yoga para luego enseñarlo a los demás. Sin embargo, solo me atreví a dar el paso unos años después, y no podría alegrarme más de haber tomado esa decisión. Todo lo que he aprendido durante mi formación de yoga ha influido positivamente tanto en mi propia práctica como en mi vida cotidiana. ¿Quieres saber qué es lo que he aprendido exactamente? Te cuento las 7 cosas que tú también puedes poner en práctica para mejorar tus sesiones de yoga y tu día a día.

¿No has hecho yoga nunca? Entonces, te recomiendo que no esperes más para probarlo. No tienes nada que perder por intentarlo y sacarás muchos aprendizajes de la experiencia. 

#1 El yoga es más que hacer asanas 

Las posturas de yoga, también llamadas por su nombre en sánscrito “asanas”, son probablemente lo primero que conocen todos los yoguis que empiezan en esta disciplina. Originalmente, “asana” significaba “asiento” para hacer referencia a la postura sentada que usaban los yoguis antiguos para practicar meditación.

Cuando empecé a formarme en yoga, también me centré en las asanas y traté de dominarlas lo mejor posible. Sin embargo, las asanas no son el objetivo principal del yoga, sino el medio para alcanzar un fin. Están pensadas para ayudarte a concentrarte en el aquí y el ahora. Te preparan para la meditación que sigue al yoga y te ayudan a conectar cuerpo, mente y alma. Por lo tanto, no te desmotives si no consigues dominar alguna asana. Simplemente, concéntrate en las sensaciones de tu cuerpo, porque es lo más importante. 

#2 Tu práctica se tiene que adaptar a ti y no al revés

Vengo del sector del fitness y en este sector el rendimiento suele ser el objetivo principal. Por eso, cuando entrenaba, siempre intentaba mejorar. No me malinterpretes, entrenar con un objetivo es importante, porque te ayuda a motivarte y le añade un extra de diversión a tu entrenamiento. A día de hoy, sigo poniéndome objetivos. Sin embargo, antes solía presionarme hasta el límite sin escuchar a mi cuerpo y el yoga me ha enseñado justo lo contrario. 

En el yoga, lo importante es sentir y respetar los límites del cuerpo. Si un día no me apetece matarme haciendo planchas y mi cuerpo me pide una práctica tranquila centrada en ejercicios de respiración, pues eso es lo que hago. ¡Escucha a tu cuerpo! Esta actitud me ha ayudado a enfocar de otra manera mis sesiones de entrenamiento en el gimnasio.

#3 Savasana no significa tumbarse sin más

En savasana (también conocida como la “postura del cadáver”), el cuerpo permanece quieto, con los músculos completamente relajados; te tumbas boca arriba, cierras los ojos e intentas no pensar en nada. Mis primeras savasanas me costaron horrores. No sabía qué hacer y estaba deseando que terminara el ejercicio. Hasta que entendí lo que realmente significaba hacer esta postura. 

La postura de savasana está pensada para ayudarte a sentir lo que tu práctica te ha regalado ese día. Exploras tu cuerpo, sientes dónde sigue tenso e intentas relajarlo. Te permite pensar sin dejar que tus pensamientos te controlen. Con el tiempo, esta asana me ayudó a concentrarme en mi respiración y a aprender a conocer mi cuerpo de la cabeza a los pies.

#4 La respiración es más importante de lo que crees

La respiración es algo que nos sale de forma natural, no tenemos que practicar, ¿verdad? Pues siento decirte que no es así. Tu respiración tiene un gran efecto sobre ti: te puede ayudar a calmarte o a activarte.

¿Sueles parar en algún momento durante el día para respirar de forma consciente? Antes de formarme en yoga, yo tampoco prestaba mucha atención a mi respiración, pero he aprendido que desempeña un papel fundamental en mi vida y es un espejo de mi estado de ánimo. Si estoy inquieta o estresada, mi respiración cambia. El pranayama te enseña a controlar conscientemente la respiración para que la uses para mejorar tu día a día. No subestimes los ejercicios de respiración cuando hagas yoga. Puedes aprender mucho de ellos.

#5 El yoga no es una competición

Seguro que has visto a yoguis que hacen posturas imposibles. Como aspirante a profesora de yoga, me he preguntado hasta qué punto tengo que dominar algunas asanas para poder enseñar yoga.

La buena noticia es que el yoga no consiste en hacer asanas perfectas. Deja de compararte con el resto de personas. En cuanto las miras a ellas, apartas la atención de ti y tu cuerpo, y el objetivo del yoga es el contrario. Concéntrate en ti y encuentra el equilibrio entre la tensión y la relajación mientras mantienes una postura de yoga. Esto te llevará a un estado de relajación y permitirá que la asana tengo efecto en ti. Llegues adonde llegues, eso es lo que cuenta. 

#6 El yoga engloba mucho más que la práctica en la esterilla

Muchos asocian el yoga con posturas y meditación, pero en realidad es mucho más que eso. La filosofía del yoga abarca todos los ámbitos de la vida. Hay muchas otras cosas que la filosofía del yoga promueve y  que merece la pena practicar en tu día a día. Mi favorito es el Karma Yoga, que consiste en hacer el bien sin esperar nada a cambio de tus acciones. Esto puede ayudarte a ser más feliz y a mejorar tus relaciones con los demás. 

#7 El yoga trae armonía y acerca opuestos

El Hatha Yoga es un yoga orientado al cuerpo. “Ha” significa sol y “Tha”, luna. Por eso, las clases de este tipo de yoga están estructuradas para alternar asanas que activen y relajen los músculos. Las asanas que relajan los músculos entran en la categoría de Tha y las que tienen un efecto activador, en la categoría de Ha. ¡Si notas que una postura es muy exigente, es definitivamente una postura Ha! 

Este equilibrio tiene muchos beneficios y puedes usarlo también para mejorar tu vida cotidiana. Por ejemplo, si llevas días con mucho estrés, intenta bajar el ritmo. Si la pereza se apodera de ti, lleva más movimiento a tu vida. Suena lógico, pero no siempre somos conscientes de ello.

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