Serotonina: ¿Qué es la hormona de la felicidad?

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©Oliver Rossi

Por Carina Parke

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Siempre que hablamos de la serotonina es imposible no mencionar las palabras “hormona de la felicidad”. Pero, ¿qué es exactamente este neurotransmisor y por qué influye en nuestras emociones y nuestro estado de ánimo?

¿Qué es la serotonina?

La serotonina, también conocida como 5-hidroxitriptamina (5-HT), es una hormona y un neurotransmisor que se encuentra en el tracto gastrointestinal, las plaquetas de la sangre y el sistema nervioso central.

La serotonina influye de manera significativa en nuestro estado de ánimo y, por eso, se la conoce popularmente como la “hormona de la felicidad”. Este neurotransmisor tiene una función muy importante en el control de las emociones y los impulsos. Y es que cuando los niveles de serotonina aumentan en los circuitos neuronales, nuestro cuerpo experimenta sensaciones de bienestar, relajación y satisfacción. Por el contrario, si los niveles de serotonina están bajos, tendemos a tener un bajo estado de ánimo.

¿A quién le tenemos que agradecer la producción de serotonina en el cuerpo? Tal y como explica el Centro de Diagnóstico (DCMS), la síntesis de serotonina se produce a partir del aminoácido L-triptófano. Este, a su vez, llega al cerebro a través de un canal de transporte en la barrera hematoencefálica.

La serotonina es una sustancia mensajera bastante compleja y diversa que tiene diferentes funciones e implicaciones en nuestro cuerpo. Esto se debe a que la serotonina tiene múltiples receptores a los que se puede acoplar: según los estudios actuales, se sabe que hay al menos 14 subtipos de receptores de serotonina (también conocidos como receptores de 5-hidroxitriptamina o receptores 5-HT).

Efectos de la serotonina: ¿qué funciones tiene en el organismo?

Como ya hemos dicho, debido a su complejidad, la serotonina tiene muchos efectos y funciones diferentes en el cuerpo humano. Por ejemplo, está muy relacionada con el control de nuestro estado de ánimo. Sin embargo, su efecto va mucho más allá del simple hecho de animarnos.

Y es que se cree que la serotonina influye significativamente en la generación de sentimientos como el equilibrio, el bienestar y la satisfacción. Según la asociación alemana Verband für Unabhängige Gesundheitsberatung e.V. UGB, dependiendo del receptor al que se acople la serotonina, esta puede tener un efecto calmante, mejorar la memoria o favorecer el sueño profundo. En el tracto gastrointestinal, la serotonina también interviene en el control del peristaltismo, es decir, en los movimientos intestinales, mientras que en el sistema cardiovascular influye en la contracción de los vasos sanguíneos.

Por lo general, podemos pensar en la serotonina como un mensajero de nuestro cuerpo que tiene la misión de transmitir información entre las células nerviosas. También se dice que este neurotransmisor tiene un efecto vasoconstrictor, así como vasodilatador e inhibidor, y que regula el apetito, el deseo sexual, la temperatura corporal, tiene control sobre los impulsos y la percepción del dolor y tiene influencia sobre nuestros ritmos de sueño y vigilia.

¿Cómo se miden los niveles de serotonina?

Dado que la serotonina interviene en tantas funciones del cuerpo, la deficiencia de este neurotransmisor puede tener un efecto negativo en el organismo y causar síntomas molestos. Por lo tanto, en algunas situaciones podría valer la pena examinar con lupa los niveles de serotonina.

Sobre todo en el caso de personas que presentan un estado de ánimo con signos de depresión, tristeza sin causa aparente o trastornos de ansiedad, podría ser recomendable hacerse una prueba para medir los niveles de serotonina. Este tipo de pruebas también se pueden realizar en casa. Lo único que hay que hacer es pedir un kit de análisis, conseguir una muestra de orina y enviarla a un laboratorio para que la analicen.

Lo más habitual es acudir al médico de cabecera, que puede diagnosticar una posible deficiencia de serotonina con la ayuda de un análisis de sangre. Sin embargo, este tipo de pruebas no son fiables al 100%, ya que no es posible medir el nivel de serotonina en el cerebro.

Deficiencia de serotonina: posibles síntomas

Se han hecho múltiples estudios científicos sobre la serotonina. Según el DCMS, la deficiencia de esta hormona está asociada a la depresión. Sin embargo, no se debe asumir automáticamente que una depresión esté provocada por una deficiencia de serotonina.

Otros posibles síntomas psicológicos de la deficiencia de serotonina podrían ser la neurosis, la ansiedad, el aumento de la agresividad, los cambios de humor no provocados por una causa aparente, así como los ataques de pánico, el nerviosismo, la fatiga y las fobias.

Por otro lado, la deficiencia de serotonina también puede afectar al cuerpo físicamente. Por ejemplo, según el DCMS, entre los síntomas físicos podemos encontrar dolores de cabeza o musculares, disminución de la sensación de saciedad, dificultad para concentrarse, trastornos del sueño, síndrome del intestino irritable, hipertensión arterial o enfermedades cardiovasculares.

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La serotonina en los alimentos

La serotonina no se encuentra solo en el cuerpo humano, sino que las frutas y las verduras también la contienen. Sabiendo esto, es posible que te den ganas de cantar bingo, pero espera un poco antes de ponerte a hacer la lista para tu próxima visita al supermercado. En realidad, la serotonina que contienen los alimentos no llega a los receptores del cerebro, ya que no puede atravesar la barrera hematoencefálica. Así que da igual que te hinches a comer, no conseguirás ponerte de mejor humor.

Por lo tanto, el efecto de este tipo de serotonina sobre nuestro organismo es mínimo, tal y como explica la química Susanne Thunder, de la UGB. Además, la experta añade que en este caso el aminoácido triptófano es clave. El triptófano también se encuentra en algunos alimentos y se sabe que es muy importante para la producción de serotonina. Entre los alimentos ricos en triptófano se incluyen los plátanos, las nueces, el chocolate, las setas, el pescado, la carne, la soja, las patatas y los huevos, así como los quesos parmesano, brie, edam y emmental.

Sin embargo, no existe una garantía real de que los alimentos ricos en triptófano ayuden a aumentar la serotonina del organismo y nos proporcionen un estado de mayor felicidad a largo plazo. El momento o la rapidez con la que empieza la producción de serotonina depende de varios factores, como el ejercicio físico y la hora del día. Además, se estima que el contenido de triptófano de los alimentos es demasiado bajo para causar un efecto significativo.

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L-Triptófano: el precursor de la serotonina

El L-triptófano es famoso por ser el precursor de la serotonina. Dado que nuestro organismo no puede producir este aminoácido esencial por sí mismo, lo debemos conseguir a través de los alimentos. En el caso de los adultos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una dosis media diaria de 3,5 a 5 miligramos por kilo de peso corporal.

Además de ser muy importante para la producción de serotonina, el L-triptófano tiene otras funciones en nuestro cuerpo. Por ejemplo, también es necesario para una parte del proceso de síntesis de la vitamina B3, tal y como explica el médico e investigador alemán Tobias Weigl en su página web.

Debido a su relación con la serotonina, se dice que el L-triptófano tiene un efecto promotor del sueño, además de levantar el ánimo, calmar e inhibir el apetito. En España, se pueden comprar suplementos alimenticios de L-triptófano en la farmacia. Las dosis diarias recomendadas de estos suplementos son de un máximo de 500 mg al día.

El L-triptófano se considera un antidepresivo natural y podría causar efectos secundarios, por lo que es esencial consultar a un médico antes de tomar este tipo de suplementos. Además, no están recomendados para madres lactantes, embarazadas, niños y adolescentes.

Serotonina: Conclusiones

En nuestro cuerpo, la serotonina funciona como hormona y como neurotransmisor.
La producción de serotonina se hace a partir del L-triptófano, un aminoácido que puede ingerirse a través de la comida o de suplementos dietéticos.
Se dice que la serotonina tiene un efecto positivo en nuestro estado de ánimo.
A la serotonina se la conoce como la “hormona de la felicidad” porque promueve el bienestar y tiene un efecto calmante.
También se dice que la serotonina estimula la memoria y mejora el sueño.
Entre los síntomas que pueden evidenciar una deficiencia o bajos niveles de serotonina se incluyen un bajo estado de ánimo, ansiedad o agresividad.
La serotonina que contienen los alimentos no puede llegar al cerebro humano y, por lo tanto, su efecto en nuestro estado de ánimo es mínimo.

Fuentes del artículo

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