¿SUP yoga? ¡Totalmente! Crónica de una experiencia
2017 en el Caribe. En realidad, había viajado allí para bucear y disfrutaba de mi práctica matinal de yoga con vistas al mar como un maravilloso tiempo solo para mí. Pero cuando me enteré de que ofrecían SUP yoga a la vuelta de la esquina, me entusiasmé inmediatamente con la idea del “yoga en el mar”. Nunca había practicado SUP hasta entonces –ni mi tierra natal de Colonia ni la ciudad de Berlín son precisamente famosas por sus aguas–; el yoga, ya por entonces, era una parte integral de mi vida.
¿Gafas de sol para practicar SUP yoga? ¡No es una buena idea!
Así que me apunté y listo. Pero, ¿qué se necesita realmente para el SUP yoga? ¿Gafas de sol? Garantizado que se te caerán al agua. Móviles y demás también. ¿Traje de neopreno? El agua del Caribe evidentemente es demasiado caliente.
Será suficiente con un bikini deportivo bien ajustado, un protector solar resistente al agua (por supuesto, una crema solar ecológica para proteger los arrecifes de coral), agua potable y una toalla ligera. En aguas más frías sí que recomendaría un traje de neopreno.
Una muda de ropa, gafas de sol y cualquier otra cosa que quieras llevar contigo es mejor guardarla en una bolsa impermeable. Pudimos sujetar nuestras bolsas a la tabla directamente, así que vale la pena precintarlas bien. Las escuelas de SUP y las empresas de alquiler de SUP también suelen ofrecer taquillas para guardar tus objetos de valor.
Mi primera clase de SUP yoga. ¿Y por qué deberías probar sin dudarlo?
Spoiler: Las elegantes fotos dignas de Instagram no sirven de motivación para la primera clase de SUP yoga. A menos que seas un súper talento natural o tengas una sólida experiencia en yoga Y en SUP o surf. De lo contrario, los primeros intentos resultarán más bien limitados o inestables. Al menos lo fueron para mí y mis 5 compañeros yoguis.
En la segunda clase, sin embargo, todos nos sentíamos mucho más seguros. Aún así seguiría dejando el móvil en la susodicha bolsa impermeable. O, mejor todavía, déjalo en casa y disfruta del momento al estilo yogui. Así incluyes de paso una mini–sesión de desintoxicación digital.
N.º 1 El SUP te permite experimentar las asanas de una manera nueva.
Así que vamos: al inicio de la clase de SUP yoga para principiantes se hace una introducción en tierra. ¿Cómo manejar la tabla, cómo volver a levantarse en caso de caer al agua, qué diferencia hay con el yoga en tierra y a dónde vamos realmente? Una breve sesión informativa de 20-30 minutos. Y luego, por fin, llega el momento de entrar en el agua. Remamos obedientemente en fila india hasta la pequeña bahía donde empezaremos. Afortunadamente, aquí hay menos olas que durante el trayecto.
Después de una pequeña meditación para sentir el agua y la tabla y para sentar las bases de la concentración necesaria, empezamos con las primeras asanas. El concepto sigue lo que ya conoces de muchas clases de yoga: saludos al sol, flexiones hacia delante, torsiones, flexiones hacia atrás y una secuencia de cierre. Aquí me siento como en casa. Y, sin embargo, todo es diferente.
Las asanas en nuestra clase para principiantes son bastante simples. En lugar de lucha-poses, la lucha se da más bien con el suelo inestable. Intento abandonarme a la incertidumbre del elemento en lugar de luchar contra él. No tengo que enfrentarme a esa resistencia interna que suelen provocar las asanas difíciles. En cuanto aprendí a trabajar con el agua en lugar de contra ella, todo el asunto se convirtió sobre todo en una cosa: ¡diversión!
N.º 2 ¿Concentrarse o caerse?
Esto se debe en gran parte al hecho de que se requiere una gran atención. En cuanto tus pensamientos se desvían, un fuerte “splash” seguro que te devuelve a la realidad. Para practicar de forma segura en la tabla, debes concentrarte completamente en equilibrar el movimiento del agua con todos los músculos y, por lo tanto, permanecer en tu centro (y en el de la gravedad). De lo contrario, te encontrarás rápidamente en el agua.
N.º 3 Clase magistral en materia de salud
Esto tiene un aspecto práctico: el SUP yoga es un entrenamiento de estabilidad en su máxima expresión. Ya se sabe que el entrenamiento sobre superficies inestables es el mejor entrenamiento funcional a nivel de salud. Se activan todos los músculos pequeños y grandes de todas las capas musculares, se entrenan todas las formas de coordinación, se añade aire fresco y concentración mental. Y además, con diversión y socialización incluidas. Creo que no hay nada más sano que eso.
N.º 4 El agua es blanda.
Y te hace valiente. Por lo menos, a mí sí. Después del primer chapuzón, comprendí que (al menos la mayoría de las veces) se cae con mucha más suavidad que en los clásicos suelos de gimnasio. Esto me infundió valor para probar algunas posturas invertidas, algo que normalmente no me gusta hacer. Aprender a hacer el pino sobre la tabla SUP es fácil si ya sabes colocarte con seguridad sobre la cabeza. La parada de manos y de antebrazo ya son palabras mayores.
Mi consejo: Saltar al agua una vez antes de la clase y ver lo fría que está realmente te quita el miedo a caerte.
N.º 5 El ego pierde.
¡Y la risa es parte de ello! De todos modos, conceptos como qué sabes hacer y lo bien que te ves no tienen cabida en el tatami. Si los llevas a la tabla de SUP, seguro que caen al agua contigo. Para practicar de forma realmente segura, tienes que ser (al menos en tu etapa como principiante, luego tal vez cambie) tú mismo y estar plenamente contigo. De este modo, no hay lugar para los pensamientos en torno al ego.
N.º 6 La naturaleza se encuentra con el yoga y la meditación.
Un grato cambio con respecto al típico ajetreo y bullicio de la gran ciudad. La filosofía del yoga tradicionalmente fomenta la creación de un espacio ideal para la práctica con el menor número de distracciones posible. Un espacio cerrado sin viento, ruido y con la energía y el foco concentrado de todos los practicantes es sin duda más adecuado que un lugar tambaleante en medio de la naturaleza.
Sin embargo, al final de la primera clase de SUP yoga, meciéndome tranquilamente en savasana sobre la tabla, me siento centrada y ligera al mismo tiempo. La superficie inestable, la brisa marina, los sonidos de la naturaleza a mi alrededor crean una atmósfera de ligereza súper agradable. Puede que no sea el entorno 100 % ideal para una práctica focalizada. Pero tiene otras cualidades y también me siento bastante exhausta. Definitivamente, recomendaría a otros que lo experimentaran y que se involucraran en este medio sin reservas.
Conclusión: el SUP es genial. Aunque también lo es la esterilla.
A mi primera clase de SUP le siguieron unas cuantas más, principalmente en vacaciones, ya que mi ciudad natal no es conocida precisamente por sus playas de arena y bahías marítimas. Donde vivo, hay hermosos lagos por todas partes, pero mi vida diaria como profesora de yoga, entrenadora física y redactora solo me permite excursiones largas a los lagos de vez en cuando. Para mí, el SUP yoga es y seguirá siendo una actividad de ocio. Con más oportunidades, podría practicarlo más a menudo: la combinación de agua, aire libre, meditación y asanas es simplemente divertida.
Pero, para la práctica diaria, prefiero una esterilla y una habitación cerrada, tranquila y concentrada. Porque esto no va de diversión ni de progreso físico, sino -por decirlo de forma sencilla- de una especie de transformación holística y de fuerza interior. Y eso (para mí) no se consigue con un programa para pasarlo bien como pueda ser el SUP yoga. ¡Aunque sigue siendo genial!
Para saber más sobre este tema en foodspring:
- Stand Up Paddle Yoga: transforma tu flow en un entrenamiento intensivo
- 7 cosas que no sabía antes de formarme para ser profesora de yoga
Fuentes del artículo
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