Equilibrio entre trabajo y vida personal: aprender a conciliar
Encontrar el equilibrio perfecto entre la vida personal y profesional es una de las piezas clave para disfrutar de una buena calidad de vida. Pero ¿qué significa esto y qué podemos hacer para conseguirlo? Te lo contamos todo con detalle.
Qué es el equilibrio personal y profesional: definición
La expresión “equilibrio entre trabajo y vida personal” básicamente se refiere a una gestión satisfactoria entre las horas que trabajas y las que disfrutas de tu vida privada. Para que no haya un gran desequilibrio, lo suyo es dedicarle suficiente tiempo a ambos aspectos. Da lo mejor de ti en la empresa y organiza el resto de tu tiempo para hacer lo que te gusta y te apetece. El balance personal y profesional resulta indispensable para disfrutar del bienestar en tu día a día.
¿Por qué es importante el equilibrio entre vida profesional y personal?
Encontrar el equilibrio vida-trabajo perfecto es fundamental para la salud mental. Sufrir estrés profesional a largo plazo puede llevar a algún que otro problema, como trastornos del sueño o la aparición de enfermedades mentales.
A ver si te resulta familiar esta situación: sales de la empresa a las 20:00, te tomas una cervecita rápida con tus compañeros y, cuando vuelves a casa, tienes que prepararte una reunión para el día siguiente a las 9:30 de la mañana. Habías planeado entrenar y llamar a tus padres, pero al final no llegas a todo con estos horarios tan locos y dejas para otro día las cosas que te producen bienestar. ¿Te suena? Si es así, tendrás que replantearte la gestión del tiempo.
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Las personas que se centran al máximo en su profesión suelen dejar de lado el deporte, la familia y las amistades y, en consecuencia, tienden a descuidar sus necesidades personales.
Todo/a trabajador/a sabe de sobra lo estresante que puede ser trabajar en una empresa. Para muchos empleados de compañías de todo el mundo, la tensión es el pan de cada día. Si se trata de estrés a corto plazo, puede resultar extremadamente positivo: aumenta los niveles de cortisol, mejora la productividad y favorece la concentración. Sin embargo, hemos de estar pendientes cuando se desestabiliza el balance profesional y personal y no tener miedo de hablar con recursos humanos para encontrar una solución a ese problema que te trae de cabeza. Al fin y al cabo, tener a cada trabajador/a contento/a acaba por beneficiar a todas las empresas.
No existe una regla universal sobre cuántas horas debemos dedicarle al trabajo o cuánto tiempo libre hemos de tener como mínimo. Según el Índice para una Vida Mejor, creado por la OCDE, los trabajadores españoles dedican una media de 15,9 horas al día al cuidado personal (dormir y comer) y al ocio. De los 40 países analizados, España ocupa el puesto número 19 en la clasificación.
Vivir para trabajar: la frontera desaparece
La concepción del trabajo varía constantemente. Tu percepción laboral positiva o negativa depende en gran medida de la socialización, el sistema de valores y las creencias sobre trabajar. Es bastante común que el significado del término “trabajo” cambie entre generación y generación. Además, las organizaciones van cambiando, adaptándose a estas concepciones sociales.
Si bien en las décadas de los 80 y los 90 trabajar se consideraba esencial para la seguridad financiera, hoy en día existen muchos empleos que nos permiten crecer personalmente y darles voz a nuestros propios valores.
Aunque esto resulte positivo en muchos aspectos, también puede llevar a una posible desaparición de la línea divisoria entre la vida privada y profesional. Por ejemplo, imagínate que trabajas en un proyecto que defiende la protección del medio ambiente y los derechos humanos y de los animales. Al final, como tu profesión incorpora lo que te importa e interesa personalmente, te dedicas a algo que se convierte en una parte integral de tu identidad y tus intereses, por lo que pasarás tiempo de más trabajando para tu empresa con mucho gusto.
Precisamente los trabajos que implican un alto nivel de compromiso emocional también pueden ser extremadamente exigentes. Enfrentarnos al sufrimiento de los demás a diario o sentirnos obligados a terminar esto, lo otro y lo de más allá antes del fin de la semana, nos puede someter a mucha presión. Pensamos que, si no lo hacemos, podemos poner en peligro un proyecto importante para nosotros y retrasar el trabajo de los demás empleados. Pero es muy importante establecer límites, aceptar la frustración y dejar algo para el lunes. No creas que tu caso es único: esto pasa en todas las empresas.
Como parte del equilibrio trabajo-vida, es fundamental dedicar tiempo a tus necesidades básicas y sociales y desconectar de los quehaceres laborales.
Llevar las riendas
Más allá del rendimiento, tu empresa tiene que entender la importancia de este equilibrio emocional. ¿Qué necesitas para tener una vida personal satisfactoria? ¿Cuánto tiempo para ti te hace falta? Si sientes que los horarios te sobrepasan o que tu puesto de trabajo no te satisface como debería, habla con recursos humanos para llegar a un acuerdo, como poder disponer de un horario flexible o aprovechar la tecnología para trabajar más desde casa.
La definición de un buen equilibrio profesional y personal varía de una persona a otra y depende en gran medida del sistema de valores, la concepción de la felicidad y la satisfacción. Idealmente, las empresas deberían tener esto en cuenta y ofrecer condiciones que favorezcan al equilibrio de sus empleados.
Pregúntate sinceramente qué quieres conseguir y qué valores son los más importantes para ti y no te cortes al proponerles ideas a los responsables de recursos humanos. No te dejes influenciar ni por la jefa de marketing que está pegada a su ordenador 60 horas a la semana ni por tu amigo mochilero que trabaja lo justo y le va fenomenal. ¿Qué quieres hacer tú?
Quizás echas tus 40 horitas en la empresa, pero luego tienes una vida personal súper satisfactoria con tiempo suficiente para hacer todo lo importante para ti. O puede que trabajes solo entre 10 y 20 horas a la semana, porque tus propias necesidades tienen más peso. Depende de ti evaluar tu propia situación, definir tus prioridades, ver qué te puedes permitir y darle más importancia a una cosa u otra.
¿Cómo va tu equilibrio personal-profesional?
Date la oportunidad de pensar en tu situación y ver dónde se encuentra tu equilibrio. Puede que en tu caso disfrutes de un perfecto balance, pero a veces la carga laboral en las organizaciones es tan colosal que aumenta sin que ni siquiera nos demos cuenta.
Te proponemos que te hagas las siguientes preguntas y que las respondas con sinceridad:
- ¿Tu profesión te estresa?
- ¿Sientes que estás a la altura de las exigencias profesionales en tu empresa? ¿O quizás trabajas demasiado o, por el contrario, no lo suficiente?
- ¿Le dedicas bastante tiempo a tus amigos y familia?
- ¿Tienes suficientes momentos solo para ti?
- ¿Qué te ayuda a desconectar? ¿Lo haces a menudo?
- ¿En qué piensas cuando te despiertas por la mañana? ¿Te mueres de ganas de empezar el día o te preguntas cómo vas a hacer todo lo que tienes pendiente?
- ¿Consigues desconectar totalmente después de pasar todo el día en la empresa o durante los días libres?
- ¿Estás en el convencimiento de que ningún proyecto sale adelante cuando no te involucras tú? ¿O confías en tu equipo para encargarse de la tarea pertinente?
- ¿Tu trabajo te produce satisfacción?
- ¿Puedes olvidarte del teléfono por un día sin preocuparte de perderte algo?
11 medidas para mejorar el equilibrio entre trabajo y vida personal
El concepto de equilibrio profesional y personal queda claro: consiste en sentir armonía y satisfacción en lo que hacemos. Uno de los pasos importantes consiste en ganar consciencia y poner de tu parte. Para ello, hemos hecho una selección de 11 consejos que te ayudarán a mantener un buen balance.
Consejo n° 1: Pregúntate por qué trabajas.
Ya seas autónoma/o o trabajes en una empresa, pregúntate exactamente por qué haces lo que haces. ¿Trabajas por convencimiento, por tu propio crecimiento personal o simplemente para ganar dinero y poder permitirte unas maravillosas vacaciones? Todas las razones son desde luego legítimas. A quienes les apasiona su profesión y la ven como una oportunidad de crecimiento personal estarán más satisfechos a la hora de invertir tanto tiempo dedicándose a su profesión. Depende de ti decirte con sinceridad cuál es tu situación.
Consejo n° 2: Define tus prioridades.
¿Qué es lo más importante para ti en la vida? ¿Qué te hace feliz y te permite sentirte de verdad tú misma/o? ¿Quiénes son las personas con las que te gusta estar y por qué? ¿Tienes tiempo para dedicarte a todo esto? ¿O quizás todo lo que trabajas ahora luego se compensará con vacaciones para pasar más tiempo con tus amigos y familiares en un futuro?
Establece tus prioridades según tus respuestas. Si tu carrera profesional está en el número 1 de la lista de prioridades, perfecto. Sin embargo, aun así es importante que les dediques tiempo a las personas y actividades que más te gustan. Planifica tu semana laboral teniendo en cuenta otras actividades importantes en tu día a día, como hacer deporte, ver a tus padres o simplemente relajarte y no hacer nada. O tal vez las tardes de cerves con un grupito de compañeros de trabajo o esa reunión a las 19:00 son más importantes para ti. Tú decides.
Consejo de nuestra redacción: Existen varias estrategias sencillas para aumentar la productividad. Los empleados más productivos consiguen tener más tiempo y, por lo tanto, gozan de más oportunidades para lograr un buen balance laboral-personal.
Consejo n° 3: Imagina cómo mejorar algo y haz lo posible por que suceda.
¿Cuál es el balance ideal para ti? ¿Crees que tu vida goza de armonía? ¿O tal vez estás en un punto en que todavía no es del todo perfecto pero sí satisfactorio? Si te sientes así, ¡enhorabuena!
Si aún no has llegado a este punto, ¿qué crees que podrías cambiar para conseguirlo? Fíjate tanto en el tiempo que le dedicas al trabajo como al ocio. Quizás puedas reducir las horas que echas en la oficina cada semana, intentar ser más eficiente, ver qué opciones te dan en recursos humanos o replantearte tu trayectoria profesional. En cuanto a tu vida personal, ¿qué podrías modificar? Puede que te apetezca cambiar algo externamente, como hacer más entrenamientos o comer más sano o a lo mejor vale la pena repensar tu perspectiva vital, tus creencias o la forma en que gestionas los momentos más estresantes.
Consejo n° 4: Mejora la gestión del tiempo.
Sé lo más eficiente posible durante el tiempo que trabajas. Planea con antelación qué hacer al día siguiente y dale prioridad a lo que realmente desees lograr. Marcarse metas diarias ayuda a prevenir la frustración y el estrés.
Fija en tu agenda tareas realistas y date un margen de error en caso de que no se cumplan tus expectativas y de que tu plan no salga como tenías pensado. Esto te ayudará a ver de inmediato si algo se te queda demasiado grande y podrás pedir ayuda antes de que tu equilibrio se desmorone.
Consejo de nuestra redacción: Aprende a concentrarte de verdad. Seguro que nuestros 22 consejos para mejorar la concentración en el trabajo te servirán de ayuda.
Consejo n° 5: Identifica qué te hace perder el tiempo.
Este es uno de los pasos decisivos en el camino hacia un mejor balance trabajo-vida personal. Una vez más, tienes que mirar con lupa tu vida laboral y privada: ¿A qué reuniones puedes permitirte no asistir? ¿De verdad tienes que leer todos y cada uno de los correos electrónicos que recibes? ¿Cuánto tiempo pasas en las redes sociales? ¿A cuántas reuniones familiares vas solo para complacer a los demás? ¿Te distraes mucho de lo que tenías pensado hacer con todos los mensajes que recibes en los insaciables grupos de WhatsApp?
Consejo n° 6: Descubre qué te llena de energía.
¿En qué áreas eres una máquina? ¿Qué tareas profesionales te gustan más y te corresponden según tu puesto? ¿En qué momento del día eres súper productiva/o? Trata de centrar la atención en las respuestas a estas preguntas y domina a tope estos ámbitos.
Lo mismo con los momentos de ocio. ¿Qué te sienta de lujo y te relaja? ¿Qué hace que tu cuerpo libere una dosis saludable de endorfinas? Cuando hayas descubierto todo esto, dedícale el tiempo que se merece a estas actividades.
Consejo n° 7: Ten flexibilidad.
Aunque se recomiende distinguir entre la vida profesional y la personal, no hace falta que te lo tomes siempre al pie de la letra. ¿Has terminado todas las tareas pendientes a las 12:00 y sabes que no recibirás el resto del proyecto hasta las 17:00? Pues, si puedes, tómate la tarde libre en lugar de estar perdiendo el tiempo en la oficina. ¿Sabes de sobra que tu jornada laboral ha terminado, pero que, si contestas a un correo electrónico después de cenar, podrás desconectar de verdad? Pues hazlo en un momento y te olvidas.
Gracias al teletrabajo, los smartphones y los avances en la tecnología, podemos gozar de una mayor flexibilidad. No tiene ningún sentido negarlo ni demonizarlo, porque no hay nada de malo en aprovechar el abanico de posibilidades espacio-temporales que nos brinda el presente y responder a un par correos electrónicos fuera del horario laboral. Y, bueno, confiésalo: seguro que le has echado una ojeadita a tu Instagram hace un rato en la oficina. (Si nunca lo has hecho, respect.)
Pero tampoco estés disponible siempre. No te sientas mal por desconectar del todo en ciertos momentos y disfrutar de un merecido descanso.
Consejo n° 8: Cuida las amistades fuera de oficina.
Fomentar el espíritu de equipo es importantísimo y llevarse de perlas con los demás empleados de la empresa hace que ir a trabajar sea más agradable. Pero normalmente ya os veis 40 horas a la semana y, cuando os vais de cañas unos cuantos empleados, el tema laboral acaba por ocupar inevitablemente casi toda la conversación. Mejor aprovecha para distraerte y ver a otra gente para cambiar de aires un poco.
Consejo n° 9: Préstale atención a tu balance entre trabajo, vida personal y sueño.
Hasta ahora solo hemos hablado de hacer cosas, pero no hacer nada y dormir también es positivo. Un sueño reparador sirve como base de la productividad laboral y la relajación en el tiempo libre. Averigua cuántas horas de sueño necesitas realmente para descansar y trata de dormir lo suficiente.
Consejo n° 10: Planifica los momentos de descanso.
¿Sueles trabajar horas extra? ¿Te estresas hasta en los ratos de ocio? Si es así, procura concederte conscientemente momentos de descanso: decide a qué hora dejarás de trabajar y cúmplelo. Marca en tu agenda las sesiones de entrenamiento en horarios fijos e inamovibles. Y dedícate momentos o días de la semana en los que no tengas ningún compromiso personal o profesional.
Consejo n° 11: Come sano.
Creemos férreamente en aquello de mens sana in corpore sano. Y es que llevar una dieta saludable y equilibrada nos sienta fenomenal, porque mejora nuestra condición física mientras disfrutamos de la comida. Prueba nuestras ideas de recetas para llevar comida saludable a la oficina.
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Equilibrio entre vida laboral y personal: conclusiones
- El equilibrio personal y profesional se refiere a la relación sana entre trabajar y disfrutar del ocio y nos aporta calidad de vida.
- La proporción ideal para lograr un buen equilibrio depende de cada persona. No es necesario que se divida al 50%.
- Incluso si te encanta tu profesión, necesitas dedicarte tiempo para descansar.
- Descubrir lo que realmente te llena de energía y de placer es la mejor manera de lograr un buen balance entre el trabajo y la vida privada.
- Las empresas deberían ayudarnos a alcanzar este balance, pero tú también tienes que cuestionar tu estilo de vida y poner de tu parte.
Fuentes del artículo
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- OECD: Work-Life-Balance, http://www.oecdbetterlifeindex.org/de/topics/work-life-balance-de/ (08.07.2020).
- Hämmig, O; Bauer, G. (2009): Work-life imbalance and mental health among male and female employees in Switzerland, in: International Journal of Public Health, 54(2), 88 – 95.
- Wang, J. L. (2006): Perceived work stress, imbalance between work and family/personal lives, and mental disorders, in: Soc Psychiatry Psychiatr Epidemiol, 41(7), 541 – 548.
- Yang, B.; Wang, Y.; Cui, F. et al. (2018): Association between insomnia and job stress: a meta-analysis, in: Sleep Breath, 22(4), 1221 – 1231.
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